Por Yamila R. Arroyo
En Respirando Conciencia
Apartar la piedra del camino
para no volver a tropezar.
Momento para dar un cierre a este 2020, un año cansador, agotador y especial en todos sus sentidos. Momento para celebrar los logros, brindar que se sobrevivió y observar qué proyectos deseas continuar y qué quieres dejar atrás.
Aprovechando el impulso de los nuevos comienzos y las nuevas oportunidades, te propongo reflexionar sobre el año que pasó y cómo quieres transitar el 2021. ¿Cuáles son las herramientas que debes actualizar? ¿Cuáles las que deseas continuar? Para crecer y estar mejor preparados para este nuevo camino es indispensable aprender de nuestros errores: ¿Qué pudiste haber hecho mejor? ¿Qué te falto por hacer?
Para esta revisión, te aconsejo que busques un lugar tranquilo para reflexionar, prepara una rica bebida, busca hojas blancas y una lapicera de tu color favorito. Luego en forma de lista saca de tu mente todo aquello que el ciclo que se cierra te dejó, tanto aciertos como desaciertos, incluyendo: pensamientos, logros, errores, aprendizajes, experiencias, proyectos, acciones, objetivos. Te recomiendo que elijas un área de tu vida para comenzar y luego puedes expandirlo al resto de tu vida.
Luego de exteriorizar todo aquello que queríamos cambiar, celebrar o mejorar, vamos a reflexionar y evaluar lo que pasó adaptando un método japonés llamado 5S, utilizado para mantener el orden y la limpieza en los espacios de trabajo. Este método consiste en 5 pasos, como su nombre lo indica, y el objetivo de su aplicación será rescatar los aprendizajes, buscar la optimización de los recursos empleados durante el año y alcanzar los resultados propuestos. De forma tal que, al finalizar el análisis, entenderás los principios detrás del método y realizarás una limpieza profunda de (TODO) lo que quieres dejar atrás y qué es aquello que realmente quieres hacer. La honestidad con vos mismo te permitirá recargar las pilas para este ciclo que recién comienza.
Antes de comenzar te pido que realices un scanner global acerca de cómo te estas sintiendo en este momento, con todo aquello que lograste hacer y con lo que te faltó. Reflexiona sobre las emociones y memoriza cómo se siente tu cuerpo. Te recomiendo que realices este registro al inicio y al final del ejercicio. Para que puedas tener una foto mental del resultado de la aplicación.

Paso 1: SELECCIONAR
En este paso separamos lo necesario de lo innecesario. Basándonos en el criterio de utilidad, seleccionamos lo que realmente requerimos hoy. ¿Qué actividades o acciones son las que realmente te llevan a cumplir tus objetivos?
Es interesante tomar conciencia que el tiempo y la energía propias son limitadas. Entonces, como gastas estos recursos, qué es aquello que te ocupa tiempo y espacio mental. Es un buen momento para prestar atención a lo que no estamos viendo, tanto lo bueno como lo malo. Revisar y analizar todas las actividades, acciones, proyectos, situaciones que viví. Qué me sirve para crecer y progresar. Qué debería dejar atrás y olvidar. Esto nos ayuda a dejar de despilfarrar nuestra energía en proyectos que aportan poco valor.
Este paso funciona como un filtro para decidir qué proyectos se quedan, qué vínculos interpersonales deben quedarse y cuáles son necesarios reforzar. Elige pensando en la utilidad y el valor que cada proyecto te aporta. Es indispensable renunciar para ganar. Renunciar a actitudes y creencias que ya no nos suman ni nos aportan en el día a día. Por ejemplo: ¿Cuánto te aporta navegar por redes sociales? y ¿Cuánto le dedicas a esta actividad diariamente?
Paso 2: ORDENAR
Una vez que seleccionamos las batallas que vamos a continuar en este nuevo ciclo o sumar nuevos proyectos, es momento de ordenar. Cuál de todos te aporta mayor impacto en este momento, con cuál te quedarás más tranquilo y seguro para enfrentar los demás. ¿Cuáles son los proyectos centrales que te aportan mayor tranquilidad en tu hacer diario?
Ordénalos de más importante a menos importante. Como recomendación no elijas más de 3 proyectos para hacer en simultaneo, es preferible terminar para empezar otro. Mientras no solucionemos este proyecto nos va a volver a aparecer una y otra vez interrumpiendo nuestra vida cotidiana y nuestro sentir.
Utilizando el criterio de más frecuente más cerca. Qué es aquello en lo que piensas con más frecuencia, aquel proyecto que ya decidiste que vale la pena enfrentar y te generaría satisfacción llevarlo a cabo.
Priorizar las acciones o proyectos a realizar aporta calidad, porque aporta foco en lo que estás haciendo. Recuerda: Es como aprender a caminar, un paso a la vez.
Paso 3: LIMPIAR
Al priorizar las tareas y proyectos que vamos a realizar este año, es necesario limpiar los métodos y las formas que utilizaste en el pasado. Reflexionar sobre las herramientas que empleas. Reiniciar el sistema al estado óptimo de funcionamiento, es decir, repensar los patrones de comportamiento y cómo respondes a lo que te sucede. El principio detrás de este paso es hacer más fácil la tarea. Qué pasos podemos eliminar. Qué forma de hacer se puede simplificar o automatizar. Piensa en actividades cotidianas que son necesarias de hacer.
Es un buen momento para restaurar a punto cero el área que hemos elegido, es decir, suprimir la suciedad desde el foco de generación. Soltar y dejar ir lo que no nos suma, los procesos que no nos dan resultados. Es momento de ver que lo que decidimos hacer lo hagamos con la calidad y efectividad necesarias. ¿Qué se puede mejorar?
Detectar cuáles son las anomalías y las pérdidas en nuestro día a día. En qué se filtra la energía. ¿Cuáles son las cuestiones o preocupaciones cotidianas que te quitan energía? Quizás un mantenimiento en casa, ese foco que quieres cambiar desde hace semanas. Hazte el tiempo para limpiar tanto tu espacio físico como mental y emocional.
Paso 4: ESTANDARIZAR
Una vez que priorizas lo necesario y limpias la manera de llevarlo a cabo, es indispensable estandarizar y registrar lo conseguido. Para la concreción de los objetivos establecer normas y procedimientos es la clave para mantener el sistema funcionando. Automatizar lo que te da resultado para alcanzar lo que realmente quieres en tu vida. Se busca fortalecer la organización y cuidar lo que se logró hasta aquí.
Ponte reglas para tus nuevas metas y proyectos. ¿Qué directrices te sirvieron en el pasado para avanzar y qué otras te detuvieron? ¿Qué emociones te frenaron? ¿Cuáles son tus soluciones a los problemas frecuentes que te suceden?
Paso 5: AUTODISCIPLINA
La autodisciplina es parte de la mejora continua, una vez obtenido el sistema para mantener el progreso es clave la constancia. Para el correcto mantenimiento de este sistema es necesario dedicarle unos minutos de mejoras a diario, este puede ser al finalizar la jornada o al iniciarla.
Un buen método de reflexión y mejora pueden ser las hojas matutinas mencionadas en el artículo desayunar paz o simplemente preguntarte el día de hoy: ¿Qué pude haber hecho mejor ayer? y tenerlo en cuenta para realizar los cambios. Recuerda: El camino no es más corto si vas más rápido, es mejor una marcha con un ritmo que no canse y te permita llegar a nuestro objetivo final. Los cambios que se mantienen en el tiempo son aquellos que se realizan de forma progresiva y constante.
De lo observado durante el año que pasó, extrae el mayor aprendizaje o aquello que te trajo mayor satisfacción interior y escoge un mantra para este año que te recuerde lo que hoy es importante para vos (repítelo todos los días).
Ejercicio recomendado
En esta oportunidad te invito a que dispongas de un tiempo para vos a solas, una especie de cita con la persona que fuiste en este último tiempo. Y en modo de celebración y agradecimiento, elige la música que te hace vibrar. Ahora puedes bailar, disfruta la música y siéntete libre. Báilale a la vida. Agradece la salud, recordá a tus seres queridos. Disfrutá de este momento que la vida te regala, visualiza como una película todos los momentos del año. Aquellos que te robaron sonrisas, momentos de ansiedad y desesperanza, momentos de tristeza y miedo. Aquí y ahora baila por lo que fue y también agradece lo que faltó. Recordá, todo es perfecto y estás en el lugar que debes estar.
Para finalizar me gustaría que reconozcamos juntos los logros del año que se nos va, aceptar lo que no pudo ser y revalorizar lo que sí tenemos: los amigos, el abrazo de mamá, la carcajada de un niño, un arcoíris y un fresco amanecer. Brindemos por todo lo que nos dejó este atípico año, brindemos por un nuevo despertar, por ser conscientes de nuestras acciones, brindemos por el esfuerzo diario de ser hoy mejores que ayer. ¡Feliz año nuevo!