Por Martín de los Santos
Desde el este uruguayo andan diciendo…
El 12 de octubre pasado se celebró un nuevo aniversario de una de las joyas de la Argentina, una ciudad muy especial e imperdible para cualquier viajero por varios motivos: la mágica ciudad de Ushuaia.
La capital de la provincia de Tierra del Fuego cumplió 136 años de vida ya que fue fundada un lejano 12 de octubre de 1884 y, por aquel entonces, buscando poblar la ciudad y la provincia, la primer importante instalación que se hizo fue la de una importante cárcel -el reconocido penal de Ushuaia- que albergó a algunos de los criminales más jodidos y reconocidos de la época. Hoy en día lo que fue esa incorruptible cárcel es un museo -el museo marítimo y del Presidio- interesantísima atracción que pude visitar en el año 2018, en la que se mantienen las estructuras en general, celdas, pasillos, barrotes, tal cual como eran antes.
La ciudad de Ushuaia está a orillas de una hermosa bahía, cubierta por montañas que mantienen en sus picos más altos nieve durante todo el año, y atraviesa un invierno crudísimo con nevadas muy intensas entre mayo y agosto.
El aire antártico se respira los 365 días del año, ya que también la llaman “la puerta a la Antártida” por ser la ciudad más cercana al continente blanco, y desde su puerto salen varios barcos con pasajeros rumbo a ese destino.
Su ubicación geográfica de ciudad más austral permite que se realice el festejo a la noche más larga -los 21 de junio de cada año- y el festejo al día más largo -los 21 de diciembre de cada año- y hoy en día está en un debate con el poblado de Puerto Williams (Chile) por el título de ciudad más austral del mundo entero.
Como lo señala un cartel en el centro de la ciudad, Ushuaia se encuentra a 3094 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires y 4987 de La Quiaca, extremo más al norte de Argentina.
Las principales actividades que se pueden realizar en esta ciudad son el trekking en algunos de los increíbles paisajes que hay en los alrededores (Glaciar Martial, Lago Escondido, Laguna de los Témpanos, Glaciar Vinciguerra, etc), realizar navegación por el canal de Beagle visitando el mal llamado “Faro del fin del mundo”, recorrer el centro de la ciudad con sus cafeterías, chocolaterías, bares, entre otras diversas opciones que hay en este imperdible para todo viajero.
A todo eso, hay que agregarle el hecho de saber que estás en uno de los últimos confines de la tierra, extremadamente al sur.
*Fotografías del autor, Martín de los Santos