Por la Lic. Miriam Flores
Educación e Infancia
Las innovaciones no se producen por implantaciones, sino por resultantes de reflexiones individuales y/o grupales
En el año 2016, siendo Directora de Nivel Inicial del Núcleo N° 11 de la Capital de Salta (conformado por Esc. “Julio A. Roca”, Esc. “Juana A. de Padilla” y Esc. “25 de Mayo de 1810”) participé de una capacitación organizada por el Programa Sembrador, la cual estaba coordinada por la Prof. Victoria Abregú[1].
Al finalizar debíamos elaborar un Plan de Mejora para las instituciones educativas de las cuales éramos parte, y gracias a todos los aportes recibidos, especialmente de la Prof. Abregú, inicié un trabajo para modificar las prácticas áulicas, tomando tres variables: TIEMPO- ESPACIO- AGRUPAMIENTO.
Considero que la escuela que tenemos hoy, graduada, con currículum uniforme y dividida por años, es una creación de la época moderna en la cual la universalización de la educación produjo la necesidad de incorporar masivamente a una gran cantidad de alumnos, quienes tuvieron que ser clasificados para poder ser atendidos adecuadamente.
Este tipo de escuela cumplió, en su momento, el objetivo de socializar a los niños y jóvenes, de homogeneizar su educación, a fin de que lograran compartir los modos de pensamiento, comportamiento y de sentimiento de las sociedades a las que pertenecían.[2]
Hemos recibido en nuestra formación docente, un mandato homogeneizador que consideraba desestimar las desigualdades sociales. Para ello, se estructuró la vida escolar en formatos homogéneos para todas las escuelas, negando las diferencias contextuales de cada una. La frecuente expresión, seguramente bien intencionada, que afirma “todos los/as niños/as son iguales”, guarda en su trasfondo la negación de las diferencias.
Reconociendo que esta estructura estaba pensada para una época en que solo existía la obligatoriedad para la sala de cinco años, es que iniciamos una etapa de sensibilización y búsqueda de respuesta a muchos interrogantes. Por ejemplo:
- Actualmente muchos/as niños/as transitan desde las salas maternales, salas de tres, cuatro y cinco años. ¿Estos recorren por los mismos espacios (rincones) durante su trayectoria escolar del nivel inicial? ¿Cuáles serían los “espacios distintos”? ¿Habría que organizar nuevos espacios que estén aggiornados por esta época digital?
- Los tiempos tradicionales ¿continúan presentes en las jornadas diarias de las salas de nivel inicial (iniciación, juego-trabajo, juegos al aire libre, iniciación literaria, etc.) sin modificación relevante? ¿Habría que incorporar momentos distintos para permitir variedad de experiencias pedagógicas durante la trayectoria de los niños de nivel inicial? ¿Cuáles?
- Existen instituciones con salas de tres, cuatro y cinco años ¿seguimos agrupando a los niños por edades sin posibilitar experiencias educativas de compartir con las otras edades? ¿Cuándo y cómo se organizaría este agrupamiento heterogéneo?
Llegábamos a la conclusión de cuántos años y cuánto tiempo de la jornada diaria los/as niños/as atraviesan por similares experiencias educativas, y que era necesario modificar esas prácticas para un mayor desarrollo integral. Por otro lado, los/as niños/as para los que fueron pensadas esas estructuras, ya no son los mismos, la sociedad tampoco es la misma.
Posteriormente, se llevaron a cabo algunas acciones de cambios en la gramática institucional.
Para ello abordamos las siguientes variables en procura de la mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje:
- Flexibilidad en relación a espacios: las actividades de aprendizaje se desarrollan en las aulas, talleres, laboratorios, pero también en los espacios comunes de la escuela, como pasillos, cocina, hall de entradas, patios vividos como experiencias de aprendizaje, etc. Hay construcciones que permiten la habilitación de dos salas, convirtiéndose en una, mediante la apertura de una mampara, que las divide.
- Tiempos: la jornada está organizada en períodos, en una distribución horaria semanal, pero es el docente quien puede administrar otros tiempos para la realización de determinadas actividades. Se abordará desde la construcción de Agendas de la Jornada para modificar el tiempo rutinizado en las salas de nivel inicial.
- Modos de agrupamiento: los alumnos pueden trabajar en forma individual, en parejas, en pequeños grupos o clase total. A su vez, pueden compartir experiencias con las salas de distintas edades y éstas deben estar planificadas.
En el año 2017 junto a la Prof. Rosa Chilo, docente de nivel inicial de la Esc. 25 de Mayo de 1810 (una de las escuelas del Núcleo N°11), participamos en otra capacitación, esta vez de la Fundación Varkey. En la misma, se seguía una línea de búsqueda de cambios en las instituciones educativas. Así convertimos el Plan de Mejora, iniciado el año anterior, en un Proyecto de Innovación Escolar, al que denominamos “Dando vuelta la clase”.
La incipiente transformación del entorno educativo de estas tres escuelas, fue lográndose a través de procesos reflexivos, de auto evaluación y de sensibilización, uno muy importante fue visitar una escuela de pedagogía alternativa “TAI”, donde pudimos visualizar formatos diferentes. La idea de acercarnos a conocer esta institución fue la de inspirar a los docentes sobre otros modos posibles de organizar la jornada diaria, y no de una “copia”, que nunca puede ser productiva, ya que las instituciones son diferentes.
Salir del estado de confort no es tarea sencilla, lleva mucho tiempo, ya que se generan avances y retrocesos, hasta encontrar cuál es el camino para modificar, innovar y mejorar. Esto supone que cada escuela debiera encontrar nuevos caminos para innovar, hay mucho para seguir mejorando: planificaciones, formatos de evaluación, vínculo familia-escuela, etc.
Esta experiencia didáctica pudo concretarse al revisar nuestro papel como docentes y hacer una deconstrucción de la práctica. Pero, para hacer la deconstrucción de la práctica es necesario considerar las reflexiones de la práctica. Además, para llevar adelante un proyecto de innovación se hace necesario la adhesión del cuerpo docente al Proyecto, si no hay un sentido de pertenencia al mismo, no se logran cambios reales. Por ello, lo que se impone desde “fuera”, o como decimos los docentes “de arriba hacia abajo”, no es asumido como propio ni como necesario. Las innovaciones no se producen por implantaciones, sino por resultantes de reflexiones individuales y/o grupales.
Entender que cada institución tiene sus propias características, necesidades, sus propias riquezas y dificultades, y que ninguna es igual a otra, nos hará dar cuenta que los proyectos deben ser siempre situados. No podemos encorsetar a las instituciones en un solo formato como modelo único y totalitario, es necesario reconocer que no todo es para todos, ni en todo momento.
Esta experiencia didáctica nos permitió estar más permeables frente a la situación del “proceso de virtualización forzada” vivida mundialmente. Hoy más que nunca se deben reflexionar sobre la organización del espacio, del tiempo y de los agrupamientos en cada una de las instituciones de cada escuela, y de todos los niveles.
Necesitamos asumir que, para ser un buen docente, se requiere reflexionar sobre la práctica educativa, porque esta implica trabajar con la heterogeneidad, la diversidad de intereses, actitudes, inquietudes de los estudiantes y las formas de aprendizaje con el objeto de potencializar las capacidades y habilidades del ser humano.

Esc. “Julio A. Roca”
A medida que el educador reflexiona sobre su trabajo, lo explica, lo comprende, lo interviene y obtiene éxito, adquiere prestigio y descubre el papel que juega el trabajo docente en el cambio social.
Con una mirada situada en cada contexto, habrá que repensar la formación docente y repensar la escuela, pero eso no implica transformarlo todo necesariamente, ni hacerlo todo en simultáneo. Finalmente, quisiera referirme a las experiencias de innovación pedagógica que se producen al interior de las instituciones educativas, como aquello que decía la Madre Teresa: “A veces sentimos que lo que hacemos es tan sólo una gota en el mar; pero el mar sería menos si le faltara una gota”. Por pequeño que sea nuestro aporte, todo suma a la hora de transformar la realidad educativa.
Miriam Flores
Nació en Salta, Capital. Egresó como Profesora de Jardín de Infantes del IES N° 6006. Es Licenciada en Educación Inicial (UNSE) y Especialista en DDHH (UNSa).
Se desempeñó como maestra jardinera en distintas zonas de la Provincia, en escuelas rurales y urbanas de gestión pública y privada. Ocupó el cargo de Directora de Nivel Inicial, obtenido por Concurso de Antecedentes y Oposición. Ocupó el cargo de Profesora de Cátedra por Concurso de los espacios curriculares: Problemática Contemporánea de la Educación Inicial, Taller II Programación de la Enseñanza, Práctica II de la Carrera de Profesorado de Educación Inicial del IES 6012 El Carril.
Capacitadora en el Programa de Formación Permanente Nuestra Escuela (2015). Participó de la Mesa Panel: “Nuevas Infancias, Educación y Posmodernidad” del 2° Encuentro Provincial de Estudiantes de Profesorado de Nivel Inicial- Prov. Salta (2016). Expositora en el III Encuentro Provincial de Prácticas Educativas- Prov. Salta (2018). Capacitadora en el Curso “Ciencia… y no de ficción” (2018). Actualmente ejerce como Profesora de Didáctica de la Educación Inicial del IES 6012. Desde el año 2018 se desempeña como Supervisora de Nivel Inicial de la Provincia de Salta, por Concurso de Antecedentes.
NOTAS
[1] Desde hace más de 10 años acompaña desde la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés, a equipos directivos en el camino de la mejora escolar. Mediante capacitaciones presenciales y virtuales, busca caminar al lado de ellos en la construcción de una mejor escuela: una escuela justa, que enseñe contenidos significativos y que agregue valor a todos y cada uno de sus alumnos.
[2] Rebeca Anijovich, “¿Iguales pero diferentes?”. 2005
IMÁGENES: de la autora. Imagen superior: fotografía de la Escuela “25 de Mayo de 1810”: tiempo de la Jornada: Ejercitaciones Psicomotoras.